La soledad de nuestros mayores

Llevo mucho sin escribir en este bloc, no porque no tenga nada que decir, hay mucho que decir, pero cuando tus palabras o pensamientos son tan complejos y tan tristes para comentar todo lo que sucede en este patio de vecinos que es la Tierra y que como todo patio de vecinos, una parte no se lleva bien con la otra parte, triste pero es así.

Eso se ve reflejado en el trato con nuestros mayores, es verdad que necesitan poco y es verdad que muchos de ellos según su comportamiento en la vida quizás, solo quizás, no se merezcan que le demos una parte de nuestro tiempo, ¿pero que sería de nosotros si siempre pensáramos e hiciéramos eso?, pues, seriamos exactamente igual que quien en su tiempo no hizo lo que «debía».

Pero que decir de estos mayores que nos lo han dado todo a nosotros como hijos y ademas han cuidado de los nietos y no descuidemos que mayoritariamente también cuidaban de sus mayores, toda una vida de sacrificio, y ahora se encuentran que son como una carga para su familia y realmente lo pasan muy mal.

La verdad  es que no nos debería costar tanto darles un poco de nuestro tiempo, solo alguna vez no piden más, como ejemplo os comento:

Hoy a las 12:30 he ido con mi madre al banco y le comento que si quiere podemos ir a las rebajas en Barcelona, ya que hoy tenía el tiempo para ello, por supuesto ella acepto, tiene 82 años todos los problemas que una persona de su edad normalmente tiene, pero era la persona más feliz en ese instante ¡solo por ir a las rebajas! Pues decido, hemos cogido el tren de las 13 horas y a las 13:30 hemos llegado a Barcelona, hemos comido en el Corte Ingles, un menú sencillo pero realmente bueno, se ha tomado su pudin (tiene azúcar, pero hoy no importaba), después ha tomado su café con leche y seguidamente hemos ido a «las rebajas».

¿Ha comprado algo? pues sí, varias cosas, pero lo que más le ha gustado es encontrar unas botas que siempre estaba buscando y le ha salido a la mitad de precio, estaba que no cabía en si, ni que decir que las botas no las necesitaba, peeeeero le encantan los zapatos sobre todo las botines en realidad forrados con borreguito, para que sus pies no estén siempre tan fríos.

Ya sobre las 18:30 y ya cansada al final hemos regresado a casa, hemos cogido el tren de las 19 horas, estaba cansada,si, pero hoy no le dolía nada.

Mi madre está cada día en mi casa, come cada día en mi casa, no está sola excepto por la noche, pues ella no quiere abandonar su casa de siempre, pero aún así estando en nuestra compañía, el día de hoy dedicado para ella en exclusivo le ha supuesto no solo una felicidad completa, era verle la cara al igual como cuando mirábamos a nuestros hijos cuando eran pequeños y los llevábamos al parque eran los más felices,  ¿lo recordáis cuando erais vosotros esos niños?.

Os lo ruego dedicarles al menos un día, es fácil y ellos estarán tan felices que es digno de verlo.

Seguro que llegaréis más cansados que ellos a casa, pero habrá merecido la pena.

Dedicado a esos abuelos que se sienten solos, porque sencillamente están solos y pobres míos no tienen como sacudirse esta tan y tan triste soledad.

Un beso para todos de Cristina de Mis Tertulias.